lunes, 11 de septiembre de 2017

Día 13: Viento, viñedos, lluvia y colinas

Hoy escribo desde un elegante bar en un camping al borde del río Dore, al este de Burdeos. Se nota el cambio de región ya que este camping me ha costado 22,61€, excediendo en 400% el pago por persona de camping histórico. Por otro lado, para mi son los mismos holandeses, ingleses y alemanes que en otros lugares. Me pareció escuchar a alguien hablando español pero no lo vi.

Muy tarde me he dado cuenta de que debí haber pedido un vino local en vez de una cerveza genérica.

En el viaje de hoy aprendí a no confiar de dos fuentes nuevas de información. Una conocida, otra desconocida.

Empezemos por la desconocida. Los locales.

Cuando estuvimos en el segundo camping, al sur de Lille creo, la mujer que atendía me estuvo interrogando sobre quiénes éramos y qué pretendíamos. En su cabeza era complicado entender que tres hermanos peruanos estén viajando desde Bélgica en bicicleta y hayan decidido parar en un camping en medio de la nada en Francia, y que uno hable francés y dos vivan en España. Creo que estaba casi indignada que estemos tan lejos y no estemos en algún lugar "más importante". Admitió nunca haber salido de ese pueblo / región.

Bueno, a lo que iba: me preguntó cuántos kilómetros habíamos hecho. Le respondí que hoy no habíamos hecho mucho, que habíamos hecho como... ¿30 ? Me respondió algo como: "no, eso es bien poco". "Pero", le dije, "ayer hicimos 115 km". Se me quedó mirando y casi podía leer en su cara algo del estilo "115 no es nada, lo hago en una hora en mi carro". Debí haber aprendido en ese momento que no todo el mundo tiene mucha intuición sobre viajes en bicicleta, a pesar de conocer el lugar. Eso, o a no confiar en lo que diga el que atiende el camping.

De vuelta al presente. Ayer, el hombre del camping me recomendó tomar una ruta al este de la carretera nacional. "Es más bonita, buenos viñedos, llegas a Libourne sin dar muchas vuetlas". "Genial", le respondí, "¿y hay montañas o desniveles?". "No, nada de eso".

Comencé el día tomando un café y un croissant en un pueblo cercano. Poco después me incorporé a la carretera recomendada y aparecieron los viñedos. Muy bonitos. Pena que no había mucho sol y y no aparecen bien en las fotos. Al mismo tiempo aparecen las colinas. "Bueno", pienso, "unas colinas no están mal, hasta le hacen bien a la espalda y al menos permiten tener buenas vistas". Fueron 50 kilómetros de esto. Fue horrible.

Y es que las colinas en carro las haces sin darte cuenta (aunque incluso vi algunos a quienes esto ya les costaba). Sin son muchas, no tienen que ser empinadas para acabar contigo.

Para amenizar el viaje, se puso a llover de manera intermitente. De esa lluvia que mientras estás pensando si deberías ponerte algo encima, crece fuertísimo y te mojas entero. Entonces, tenía que buscar refugio apenas empezaba bajo árboles en jardines de desconocidos por cantidades de tiempo indeterminadas. Pero claro, te abrigas en el momento en el que la nube pasa y aparece un sol radiante y un arcoiris que se reiría de ti en tu espejo retrovisor si los arcoiris se riecen y si quedase espejo retrovisor.

Si bien es cierto que la previsión del tiempo decía que no llovería hoy, no confiar en la previsión del tiempo es una lección ya aprendida.

El tercer componente del viaje fue el viento. Mucho viento que hacía que tooodas las bajadas (que lógicamente fueron tantas como subidas), casi tuviese que pedalear para no frenar. Además: viento de lado + suelo mojado + bajada empinada parecía la receta perfecta para acabar como un erizo sacrificado más al dios del asfalto.

Con 75 *intensos* kilómetros hechos, paré finalmente a comer en Roche chalais, donde tuve que subir una cuesta especialmente empinada. Dos veces. Se puso a llover mientras terminaba de comer. Con poca agua, lleno de comida y el suelo todo mojado y todavía algo de lluvia, decidí emprender el viaje.

Según google maps quedaban 38 kilómetros, principalmente de bajada. Esto era lo único que me tranquilizaba, estaba casi confiado en que "solo debía dejarme caer". Decidí llamar a un camping y emprendí el viaje hasta él. "Todavía menos, 32 km. Esto va a ser un paseo".

Para esto, tengo que admitir que mientras viajo solo en bicicleta he adquirido la costumbre de hablarme solo en voz alta (qué más da, no hay nadie). Suele ser en inglés aunque estoy intentando de que sea en francés (así parezco un loco local y no uno extranjero).

Como es de esperar, no fue un paseo. Fue una agonía. Mi espalda estaba destruída de la primera parte. De hecho, me la estoy tocando ahora y estoy comprobando de que todavía lo está. También me quema la cara ¿? .

Esta agonía tomó otra dimensión cuando llegué a los 15 km finales y descubrí que "oh sorpresa" Google se había tomado ciertas libertades con la ruta al camping: había decidido que era mejor atravesar los viñedos de media región de Garonde por caminos "secundarios". Y "secundarios" significa "los caminos que usan los dueños de los viñedos para ver sus viñedos". En serio pensé que en algún momento me dirían que no podía estar ahí.

Y aquí está la segunda lección del día, la de la fuente conocida: estoy bastante seguro de que google no cuenta los desniveles de los caminos "Google Maps Selection", por ser muy pequeños (los caminos, no los desniveles), en la estimación total de subida para un trayecto. Cuando me vendió el camino, había muy poca subida. Cuando lo hice, fue como estar en los primeros 50 km del día pero con más uvas, más lluvia y yo más cansado. De nuevo: muy bonito, pero muy doloroso.

Llegué al camping a las 17:30 y, poco después de armar la carpa... Empezó a llover de nuevo. He cenado tres raciones de chili con carne y medio queso, en un intento de darle a mi cuerpo algo de ánimos. Algo así como un "bon courage" nutricional.

Ah! Vi un letrero con direcciones para ir a Toulouse. El primero.

Este ha sido el peor día, de lejos. Estoy destruído. Pero no quiero quedarme en este camping, es un robo. Creo que mañana intentaré hacer menos kilómetros y veré cómo quedo.

1 comentario:

  1. Franco!!! Que bravo!!! Como consuelo te puedo decir que peor no puede ser.....!
    Quisiera estar ahí para empujarte en las subidas, conversarte en el camino para que no tengas que hablar solo y protegerte de la lluvia...pero ni modo...
    Sólo cuídate para no llegar resfriado a Toulouse!
    Aprovecha para descansar mañana. Búscate un camping cerca y descansa, come bien y repón tus energías para seguir adelante.

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