martes, 29 de agosto de 2017

Día 0: Amberes

Nos despertamos tarde, como quien está de vacaciones. Bueno, *yo* me desperté tarde, como a las 9 AM.

Desayunamos en Pain Quotidien.

Hicimos una parada adicional en Gante: "El Castillo". Ni era muy grande ni parece haber peleado contra nadie y, a pesar de eso, han tenido que reconstruirlo bastante. Sin embargo, estaba muy bien situado, casi en medio de la ciudad y, quizás por la reconstrucción, estaba bastante bonito. Bonitas vistas y una colección de armas interesante. Daban ganas de ponerse a jugar ages. Hasta tenía matacanes.

Luego estación de Tren y a Amberes. Dormí mientras alfonsito escribía la entrada de Bruselas.

La estación de tren de Amberes es bastante bonita. Debe ser que Amberes tuvo dinero cuando la gente tenía buen gusto. La catedral es prueba de ello. Rubens es prueba también (1500-1600).

Los diamantes. Dice mama que si alguna vez le compramos diamantes, sean en el formato adjunto. Amberes tiene muchas tiendas de diamantes. Tiene muchas tiendas en general. 

La mano. Hay una leyenda sobre esto y cómo se fundó la ciudad por un romano. Alfonso la sabe, pregúntenle a él. 

Visitamos la (antigua-casa-ahora-museo) de Rubens, nos deshidratamos al sol y paseamos por plazas. Mamá y Sergio entraron a la catedral. Yo no entro por principio: eso de que cobren por entrar va en contra de todo lo que creo (que es poco).

La última parada de Amberes fue la tienda de bicicleta donde los dos hermanos habían reservado ya una cada uno. Están güenasas. Fotos abajo.

Decubrimos bonitas calles pequeñas y plazas por el centro con terrazas. El clima favoreció. Mucha gente pero no excesiva como en los Bruselas o Brujas.

Regresamos a casa con los dos trofeos y dos litros de agua bajo el brazo. 41 grados decía la calle.

Ya en Gante, buscamos en vano algún sitio donde cenar a las 23h: los locales respetables cierran a las 22h. Fuimos por lo tanto alimentados por un kebap el cual más que cumplió con su propósito. Me pregunto si las papas fritas de un kebap en bélgica son más ricas que las de otros kebaps en Europa.

La noche acabó viendo The International y llenando paquetes encima de las bicicletas. He notado que el eje de mi bicicleta tiene algo más de juego que antes. Antes tenía pero ahora creo que más. Veré cómo evoluciona eso.

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